Como fanáticos del Padel que somos, como no ibamos a reaccionar a esta noticia!
Al igual que hace unos días con la despedida de Rafa Nadal, hoy nos llevamos otra sorpresa, igual de entendible, que la del tenista español.
El mundo del pádel se encuentra ante un momento histórico: la despedida de Fernando Belasteguín, más conocido como «Bela». El argentino, que durante más de dos décadas dominó las pistas, ha decidido poner fin a su carrera profesional, dejando atrás una trayectoria llena de éxitos, sacrificio y gloria. El anuncio de su retiro no solo marca el cierre de una era, sino que también invita a reflexionar sobre lo que ha significado para el deporte y su legado eterno.
Fernando Belasteguín no fue simplemente un jugador más; fue el referente indiscutido del pádel moderno. Su nombre resuena con fuerza en cada rincón donde se practica este deporte, y no es para menos. Se trata del hombre que, durante 16 años consecutivos, mantuvo el número uno del ranking mundial, un hito que parece inalcanzable para cualquiera que aspire a superarlo.
Nacido en Pehuajó, Argentina, el 19 de mayo de 1979, Belasteguín creció en una pequeña ciudad donde el fútbol era el deporte predominante, pero pronto se sintió atraído por las pistas de pádel, un deporte que en ese momento estaba en pleno auge en Argentina. Su destreza y talento innato lo llevaron a competir a nivel profesional a una temprana edad, y no pasó mucho tiempo antes de que comenzara a destacar por su capacidad para leer el juego y su increíble resistencia mental.
En 2001, llegó el momento que cambiaría su carrera para siempre: la unión con el español Juan Martín Díaz. Juntos formaron una de las parejas más legendarias de la historia del pádel, acumulando títulos y dominando el circuito internacional. Entre 2002 y 2015, nadie pudo arrebatarles el primer puesto, logrando una racha de 16 años como la mejor pareja del mundo, una proeza sin precedentes en ningún deporte. Su conexión en la pista, basada en la confianza y en un entendimiento perfecto del juego, los hizo casi invencibles.
La pareja Bela-Díaz fue sinónimo de éxito, ganando casi todos los torneos importantes, desde los World Padel Tour hasta campeonatos internacionales. Se convirtieron en un referente no solo por su talento, sino también por su ética de trabajo y su profesionalismo. Belasteguín, en particular, siempre fue un jugador meticuloso, que estudiaba a fondo a sus rivales y que, en cada partido, dejaba todo en la pista.
Pero como toda gran era, también tuvo un final. En 2015, tras una carrera llena de títulos junto a Díaz, decidieron tomar caminos separados. Muchos pensaban que este sería el comienzo del declive para Bela, pero lejos de ello, demostró que aún tenía mucho que ofrecer. Se asoció con jugadores como Pablo Lima, con quien siguió cosechando éxitos y permaneciendo entre los mejores del mundo. Esta etapa de su carrera fue particularmente especial porque reafirmó que, incluso sin su compañero histórico, Belasteguín seguía siendo un competidor implacable.
A lo largo de su carrera, Fernando Belasteguín ha conquistado más de 200 títulos profesionales, una cifra que pocos pueden igualar. Ha jugado en los torneos más prestigiosos del mundo, ganando en innumerables ocasiones y dejando una huella imborrable en cada pista que pisó. Su capacidad para adaptarse al juego, tanto a nivel físico como táctico, lo mantuvo competitivo incluso cuando el pádel comenzó a evolucionar y a introducir nuevas generaciones de jugadores.
Además de sus logros individuales, Bela ha sido una pieza clave en la selección argentina, con la que ha conseguido cinco campeonatos mundiales. Su compromiso con su país y su deseo de llevar al equipo nacional a la cima del mundo siempre fue evidente, y estos títulos son una muestra más de su grandeza como deportista.
Pero hablar de Belasteguín no sería completo sin mencionar las palas que lo acompañaron a lo largo de su gloriosa carrera. Como embajador de la marca HEAD, Bela utilizó y perfeccionó algunas de las palas más icónicas del mercado, que también se convirtieron en favoritas entre los aficionados gracias a su influencia. Entre las más destacadas se encuentran:
HEAD Graphene 360+ Bela X: Esta pala es sin duda una de las más emblemáticas que ha utilizado. Diseñada en colaboración con él, la Graphene 360+ Bela X está pensada para jugadores que buscan control y potencia en cada golpe. Su estructura de carbono y la tecnología Graphene 360+ ofrecen una combinación perfecta para un juego táctico y explosivo, características que definieron el estilo de Bela.
HEAD Graphene Touch Delta Hybrid: Otra pala que estuvo en las manos de Bela en varias etapas de su carrera. Con un equilibrio perfecto entre potencia y control, la Delta Hybrid fue esencial en su evolución como jugador, adaptándose a su necesidad de generar golpes precisos y con gran fuerza, algo que siempre lo caracterizó.
Antes de su alianza con HEAD, Belasteguín también experimentó con otras marcas y palas. Al principio de su carrera, utilizó palas de Wilson, que también se adaptaban a su estilo de juego rápido y preciso. Sin embargo, fue con HEAD donde encontró una verdadera colaboración en la creación de palas que se alinearan con su evolución como deportista.
El legado de Fernando Belasteguín va más allá de los trofeos y las estadísticas. Es un legado que habla de perseverancia, disciplina y pasión por el deporte. Bela siempre se caracterizó por su humildad y su enfoque en mejorar cada día, cualidades que lo mantuvieron en la cima durante tantos años. Incluso cuando surgieron nuevas estrellas en el pádel, Bela nunca dejó de competir al más alto nivel, demostrando que la clave del éxito radica en la consistencia y el trabajo duro.
Su retiro deja un vacío difícil de llenar. Para muchos, Bela es el mejor jugador de pádel de todos los tiempos, y su impacto en este deporte será recordado por generaciones. Aunque ya no lo veamos en las pistas como competidor, su legado vivirá en cada jugador que aspire a la grandeza, en cada pala que utilice su nombre y en cada aficionado que haya disfrutado de su magia dentro de la pista.
El mundo del pádel ha sido testigo de la grandeza de Fernando Belasteguín, y aunque ahora se retire, su influencia perdurará por siempre. Bela no solo fue el número uno, sino también el referente para todos aquellos que sueñan con alcanzar la excelencia en el deporte.
Gracias porque, gracias a ti, nos hemos dado cuenta de los valores que el padel transmite, y porque has sido el gran embajador de este deporte.
Gracias, Bela.
